Los alumnos de primaria y secundaria tienen garantizada por ley la educación gratuita tanto en los colegios públicos como en los privados de carácter concertado –centros de gestión privada pero financiados con dinero público. Sin embargo, es habitual que estos centros concertados reciban dinero de las familias, a las que se cobran cuotas “voluntarias” en la mayoría de las ocasiones sin avisar de ese carácter opcional, según denuncia hoy el diario El País.
¿Cuotas voluntarias u obligatorias?
Según una encuesta del INE, el coste medio de las familias que llevan a sus hijos a colegios concertados es de unos 220 euros en secundaria, y casi 250 en primaria “exclusivamente por enseñanzas complementarias de carácter voluntario”. El problema es que esa voluntariedad no se comunica en la mayoría de las ocasiones, con lo que se crea un sesgo socioeconómico de los alumnos, pese a que es algo prohibido expresamente en la ley de educación.
Cobros prohibidos por ley
Esta misma ley señala, en su artículo 88, que “en ningún caso” estos centros podrán “imponer a las familias la obligación de hacer aportaciones a fundaciones o asociaciones ni establecer servicios obligatorios, asociados a la enseñanzas, que requieran aportación económica”. Sin embargo, este punto rara vez se cumple, o al menos no totalmente. Por poner un ejemplo: el colegio Pare Manyanet, en Barcelona, presenta como “obligatoria” una cuota de 26 euros mensuales para la fundación del centro. Según el propio colegio, la cuota está “aprobada por la Generalitat” y, según la información de El País, este colegio imparte también de manera obligatoria y dentro del horario lectivo actividades como natación o psicomotricidad, por las que los alumnos tienen que pagar cuotas mensuales de unos 50 euros.
Actividades extraescolares en horario lectivo
La situación se repite en colegios concertados de todas las ciudades españolas. En Madrid, por ejemplo, el colegio Torrevillano incluye clases de refuerzo de inglés, matemáticas, lengua e informática en horario de 14:30 a 15:30, después de la hora de la comida, y sin presentarlas como voluntarias, aunque por ellas hay que pagar 170 euros mensuales. En Vigo, donde hay 37 colegios concertados, los sindicatos denuncian que cada niño paga un suplemento mensual de unos 100 euros de media que se justifican como gastos de material, de mantenimiento, como donaciones o como pago de actividades extraescolares.
Centros religiosos de élite
Y en el caso de colegios de élite como los del Opus Dei que han pasado a ser concertados, las cuotas mensuales llegan en algunas ocasiones a los 450 euros, como ocurre en los siete centros de esta confesión que hay en la Comunidad Valenciana. En principio, la ley no impide que se oferten actividades extras que se cobran, siempre que sean voluntarias. El problema es cuando no se avisa de ese carácter voluntario, o cuando, como ocurre en el colegio madrileño Novahispalis, estas actividades “voluntarias” se integran dentro del horario escolar, provocando que si un alumno no paga la cuota, queda excluido y apartado del resto de sus compañeros.
Subvención insuficiente
Los centros justifican el cobro de estos honorarios alegando que la subvención pública no cubre el coste real de la enseñanza. Como el colegio no tiene permitido realizar estos cobros, en muchos casos son las asociaciones de padres las que ingresan el dinero y luego lo transfieren al centro.
El Plural
http://www.elplural.com/macrovida/detail.php?id=33460
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